Museos para visitar en Seattle
Museos para visitar en Seattle Nacional
Los mensajes que enviaban a su hogar —llenos de amor, anhelo, pérdida y esperanza— cuelgan suspendidos en lo alto y también resuenan en el espacio en inglés y otros idiomas. Juntos forman una de las instalaciones más impresionantes del (en inglés), museo de la experiencia asiático-estadounidense/de las islas del Pacífico del distrito internacional de Chinatown en Seattle, aproximadamente a una milla al sureste del centro de la ciudad. “La obra de arte Letter Cloud de Susie Kozawa y Erin Shie Palmer evoca la experiencia del cruce del océano”, explica la directora de la exhibición, Jessica Rubenacker. “Escuchas el romper de las olas y puedes sentir el viento en la cara. Es un momento realmente hermoso”. El museo recibe su nombre de un inmigrante chino que se convirtió en el primer funcionario electo asiático-estadounidense de la región en 1962 antes de morir tres años después al estrellarse su pequeño avión. La comunidad estableció una fundación para honrar a Wing Chong Luke, la cual financió su visión de crear un museo panasiático en 1967. Desde entonces se ha convertido en la primera sede afiliada al Smithsonian del noroeste y un área afiliada al Servicio de Parques Nacionales. El poderoso estudio de arquitectura de Seattle Olson Kundig diseñó el espacio actual alrededor de un hotel y centro social fundado en 1910 para inmigrantes chinos, filipinos y japoneses. Conservó algunas de las diminutas e históricas habitaciones de huéspedes —ahora decoradas con artefactos de esa época— y además creó galerías y el Tateuchi Story Theatre. El teatro tiene 59 butacas, ofrece programación comunitaria y forma parte del recorrido histórico del museo. Sin embargo, cualquier visitante puede pasar a ver su antiguo telón: un tapiz de anuncios pintados hace más de un siglo. La conmovedora Letter Cloud sigue siendo una estrella polar en las constelaciones itinerantes del Wing Luke. Hace más de dos décadas, el personal comenzó a invitar a personas de origen asiático y de las islas del Pacífico a impulsar la narrativa del museo. La comunidad sugiere exhibiciones y participa en su ejecución. “El proceso era inédito en el sector, pero algunos de sus aspectos se están generalizando”, señala Rubenacker. Su colega, la creadora de exposiciones Mikala Woodward, lo explica: “Aceptamos sugerencias de todos en todo momento. Luego programamos actividades con tres años de anticipación y tratamos de equilibrar la representación de diferentes comunidades y —ya sabes— algunos temas tristes con otros más alegres. No somos curadores. Somos organizadores comunitarios”. Esta estrategia produce un caleidoscopio de exhibiciones en constante evolución, que abarcan desde retratos filipinos hasta el feminismo asiático-estadounidense/de las islas del Pacífico y la obra del artista contemporáneo Gerard Tsutakawa. Sin embargo, el museo Wing Luke también tiene algunas instalaciones permanentes entrañables, como las habitaciones del hotel conservadas y una tienda de importación china de la época. También puedes hacer visitas guiadas por el vecindario, que suelen incluir la tienda de galletas de la fortuna Tsue Chong y la galería artesanal KOBO que vende productos de todo tipo, desde cuencos de laca hasta jabón de ciprés japonés. El museo también suele ofrecer algún homenaje a la estrella de las artes marciales Bruce Lee: Seattle marcó sus años formativos y alberga su última morada en el Lake View Cemetery de Capitol Hill. La exhibición del 2021 se centrará en la mente, el cuerpo y el espíritu de Lee. Ten en cuenta que no hay cafetería porque, según Rubenacker, “queríamos animar a los huéspedes a probar uno de los tantos restaurantes maravillosos del distrito internacional de Chinatown”. Sin embargo, el museo tiene una tienda de regalos que vende artículos inusuales como peluches de fideos de arroz, cubos de Rubik con figuras de mahjong que brillan en la oscuridad y aretes Hanamaru elaborados con antiguas telas de kimono.
3 museos fascinantes en Seattle
El MoPOP y otros lugares donde explorar la cultura popular y las experiencias migratorias de EE UU
Cortesía Museum of Pop Culture Museo de Cultura Popular (MoPOP). Si bien fue, alguna vez, un tranquilo remanso fronterizo, desde hace mucho tiempo Seattle es una capital cultural y un centro innovador. ¿Cuál es su gran poder? Residentes que asumen riesgos creativos y apoyan a una población diversa. Descubre tres de esa ciudad, dos que exploran la influencia de los inmigrantes y otro que celebra la cultura popular del país. Cortesía Museum of Pop Culture Exposición de guitarras en el museo dedicado a la cultura popular.1 Museo de Cultura Popular
La moderna Seattle tiene una larga historia de innovación e individualismo. Ningún otro lugar lo demuestra mejor a los turistas que el (MoPOP -en inglés-) en Seattle Center, a una milla y media al noroeste del centro de la ciudad. La creación del cofundador de Microsoft Paul Allen celebra momentos emblemáticos de la animación, los juegos, la música, la ciencia ficción, la televisión y otros géneros que el canon suele pasar por alto. ¿Su misión? “Convertir la expresión creativa en una fuerza transformadora”. El distinguido arquitecto Frank O. Gehry, con sede en California, se propuso combinar aquí la energía de los automóviles hot rod y el rock 'n' roll en el primer diseño que realizó en el noroeste del Pacífico. La estructura resplandece con 3,000 paneles de tejas de aluminio y acero inoxidable de brillantes tonos psicodélicos. Contiene tantos elementos estructurales como un rascacielos de 70 pisos y requirió software creado para construir aviones de combate franceses. El audaz edificio causó un profundo impacto en el crítico del New York Times Herbert Muschamp, quien afirmó que “parece algo que se arrastró fuera del mar, se recostó y murió”. “Es una obra de arte, sin más”, dice Jacob McMurray, director de curaduría, colecciones y exhibiciones. “Algunas galerías no tienen techos ni paredes rectas. Descubrir el edificio es una especie de viaje fantástico.“Ninguna otra obra arquitectónica de Seattle alcanza ese nivel de rareza y singularidad. Parece la estructura perfecta para las actividades que realizamos dentro de ella. Además, ¿no es maravilloso que el monorriel [de Seattle] circule por su interior?”. La historia del origen del museo se remonta a 1967, cuando la Jimi Hendrix Experience y el líder de la banda (nacido en Seattle) entusiasmaron inicialmente a Allen. Sin embargo, el ambicioso proyecto no logró despegar hasta el año 2000. Fiel al espíritu de ejecución frecuente y anticipada que acata la industria de la tecnología, este museo fue objeto de cinco asombrosos relanzamientos que obedecieron a la evolución de su propósito. Hoy celebra todo, desde tatuajes hasta accesorios de terror, Minecraft, Nirvana, Pearl Jam y El mago de Oz, e incorpora clases, cabinas de grabación y sectores de actuación. “No exhibimos objetos que tienen cientos de años”, señala McMurray. “Estamos explorando temas que forman parte de narrativas personales. Nuestro trabajo no es decirte lo que es importante, sino transmitirlo”. Las piezas destacadas que no debes perderte incluyen Sky Church, llamada así por la visión de Hendrix de un lugar al aire libre donde personas de diferentes credos, colores y experiencias pudieran reunirse y convivir. La versión del MoPOP incluye la iluminación de una pantalla LED de alta definición de 33' x 60', acompañada de efectos luminosos y una acústica de primera calidad. “Es un lugar muy impactante”, advierte McMurray. “Allí celebramos conciertos y desfiles de moda. También se organizan actividades, como campamentos. Cuando falleció David Bowie, proyectamos Labyrinth. La gente trajo su bolsa de dormir y tomamos bebidas especiales”. La nostalgia puede causar profundas reacciones entre los visitantes, como llorar cuando ven la guitarra que Hendrix tocó en Woodstock. Otros se sobrecogen al ver que se da importancia a lo que les entusiasma, como los disfraces de Disney. Y a veces los invitados envían mensajes electrónicos enfurecidos porque “Nirvana no es punk rock, es grunge” o “Star Trek es mucho mejor que ”. McMurray sonríe. “Me encanta eso. ¿Qué mejor espacio que uno el que el público se apasiona por nuestro contenido, incluso si están molestos? Lo peor sería que simplemente dijeran: 'Está bien, da igual'”. Consejo del director: McMurray recomienda no perderse “If 6 Was 9”, una escultura cinética “con el aspecto de un impresionante tornado” con unos 700 instrumentos, 40 de los cuales se combinan en un instrumento que se puede tocar, básicamente un robot de guitarras. “Es una pieza importante del arte contemporáneo estadounidense”, señala, creada por el escultor Trimpin, de Seattle.Planea una visita
Ubicación: 325 5th Avenue N, en el vecindario Queen Anne; 206-770-2700; mopop.org Cómo llegar: estaciona el vehículo enfrente en el lote de Seattle Center 5th Avenue N (516 Harrison St.). Además, al Seattle Center llegan 18 rutas de autobús y el monorriel. Visitas: de jueves a martes, de 10 a.m. a 5 p.m. (cierra los miércoles y el Día de Acción de Gracias, Nochebuena, Navidad y otro día de diciembre para el evento benéfico anual del museo) Entradas: compra entradas con horario específico en línea por adelantado, $25-$30 Mejor momento para visitar: entre semana, desde la última hora de la mañana hasta la media tarde para evitar el tráfico en el centro de la ciudad Mejor temporada para visitar: si te gusta asustarte, procura ir el tercer viernes del mes de enero a octubre, cuando el MoPOP presenta su serie de películas de terror, It's Coming From Inside the House. Cada año hay un festival a fines de la primavera que también exhibe cortometrajes de ciencia ficción y fantasía. Accessibilidad: los visitantes que tienen problemas de movilidad suelen usar la zona cubierta para descenso de pasajeros en la entrada de 5th Avenue N y Harrison Street. Se ofrecen sillas de ruedas sin cargo (asignadas por orden de llegada). Hay estacionamiento accesible en el lote del Seattle Center.2 Wing Luke Museum museo de la experiencia asiático-estadounidense de las islas del Pacífico
Paul Christian Gordon / Alamy Stock Photo Árboles de los deseos chinos en la exposición KidPLACE. Las cartas se elevan en el cielo, flameando en el patio de luz de un hotel que alguna vez albergó a pioneros asiáticos. En su desarraigo, los inmigrantes miraban por estas mismas ventanas y caminaban entre estos muros entablados y desgastados.Los mensajes que enviaban a su hogar —llenos de amor, anhelo, pérdida y esperanza— cuelgan suspendidos en lo alto y también resuenan en el espacio en inglés y otros idiomas. Juntos forman una de las instalaciones más impresionantes del (en inglés), museo de la experiencia asiático-estadounidense/de las islas del Pacífico del distrito internacional de Chinatown en Seattle, aproximadamente a una milla al sureste del centro de la ciudad. “La obra de arte Letter Cloud de Susie Kozawa y Erin Shie Palmer evoca la experiencia del cruce del océano”, explica la directora de la exhibición, Jessica Rubenacker. “Escuchas el romper de las olas y puedes sentir el viento en la cara. Es un momento realmente hermoso”. El museo recibe su nombre de un inmigrante chino que se convirtió en el primer funcionario electo asiático-estadounidense de la región en 1962 antes de morir tres años después al estrellarse su pequeño avión. La comunidad estableció una fundación para honrar a Wing Chong Luke, la cual financió su visión de crear un museo panasiático en 1967. Desde entonces se ha convertido en la primera sede afiliada al Smithsonian del noroeste y un área afiliada al Servicio de Parques Nacionales. El poderoso estudio de arquitectura de Seattle Olson Kundig diseñó el espacio actual alrededor de un hotel y centro social fundado en 1910 para inmigrantes chinos, filipinos y japoneses. Conservó algunas de las diminutas e históricas habitaciones de huéspedes —ahora decoradas con artefactos de esa época— y además creó galerías y el Tateuchi Story Theatre. El teatro tiene 59 butacas, ofrece programación comunitaria y forma parte del recorrido histórico del museo. Sin embargo, cualquier visitante puede pasar a ver su antiguo telón: un tapiz de anuncios pintados hace más de un siglo. La conmovedora Letter Cloud sigue siendo una estrella polar en las constelaciones itinerantes del Wing Luke. Hace más de dos décadas, el personal comenzó a invitar a personas de origen asiático y de las islas del Pacífico a impulsar la narrativa del museo. La comunidad sugiere exhibiciones y participa en su ejecución. “El proceso era inédito en el sector, pero algunos de sus aspectos se están generalizando”, señala Rubenacker. Su colega, la creadora de exposiciones Mikala Woodward, lo explica: “Aceptamos sugerencias de todos en todo momento. Luego programamos actividades con tres años de anticipación y tratamos de equilibrar la representación de diferentes comunidades y —ya sabes— algunos temas tristes con otros más alegres. No somos curadores. Somos organizadores comunitarios”. Esta estrategia produce un caleidoscopio de exhibiciones en constante evolución, que abarcan desde retratos filipinos hasta el feminismo asiático-estadounidense/de las islas del Pacífico y la obra del artista contemporáneo Gerard Tsutakawa. Sin embargo, el museo Wing Luke también tiene algunas instalaciones permanentes entrañables, como las habitaciones del hotel conservadas y una tienda de importación china de la época. También puedes hacer visitas guiadas por el vecindario, que suelen incluir la tienda de galletas de la fortuna Tsue Chong y la galería artesanal KOBO que vende productos de todo tipo, desde cuencos de laca hasta jabón de ciprés japonés. El museo también suele ofrecer algún homenaje a la estrella de las artes marciales Bruce Lee: Seattle marcó sus años formativos y alberga su última morada en el Lake View Cemetery de Capitol Hill. La exhibición del 2021 se centrará en la mente, el cuerpo y el espíritu de Lee. Ten en cuenta que no hay cafetería porque, según Rubenacker, “queríamos animar a los huéspedes a probar uno de los tantos restaurantes maravillosos del distrito internacional de Chinatown”. Sin embargo, el museo tiene una tienda de regalos que vende artículos inusuales como peluches de fideos de arroz, cubos de Rubik con figuras de mahjong que brillan en la oscuridad y aretes Hanamaru elaborados con antiguas telas de kimono.